Coldplay



El 25 de Octubre, la banda internacional Coldplay sacó nuevo disco: Mylo Xyloto. Con su electrónica y sus cosas, y su Paradise o Every Teardrop Is a Waterfall (Ritmo de la noche) como temas bandera. Pues bien, al día siguiente, veintiséis de octubre del dos mil once,  presentaban el disco. ¿Dónde? En Madrid; ¿Pero dónde? En La Plaza de Toros de Las Ventas; ¿Cuanta gente había? 17.000 personas, con entradas agotadas una hora después de que salieran a la venta. ¿Y fuiste? SÍ.
Gracias a muchas casualidades, la suerte me llevó al tendido bajo de la Plaza de Las Ventas. En la entrada, había dos frases latentes: "Qué bonita es la plaza" y "¿ Quién serán los teloneros?. Resultó que esta pregunta tenía como respuesta a un infumable DJ que hacía música más parecida al estilo de Chimo Bayo que al de Coldplay. Eso, más el frío, hacían larga la espera, y el público ansiaba la llegada de los británicos de moda. 
Retiróse por fin el DJ cuando salió sustituyéndole... ¿Mario Vaquerizo?. Sí. Soltó cuatro tonterías sin gracia, dijo cuarenta veces la coletilla "y todo esto", citó incomprensiblemente a Lina Morgan, y se fue presentando un documental sobre Coldplay. De momento, Basura 2 - 0 Calidad. En cuanto al documental... estaba en inglés, y sin subtitular, y con 10ºC de temperatura, no resultó nada atractivo. Basura 3 - 0 Calidad. Finalizó el documental. Se inició una cuenta atrás. Empezaba el concierto. Se apagaron TODAS las luces. Se encendieron las pulseras que regalaban en la entrada del concierto. Luces del tamaño de la muñeca rojas, amarillas, rosas, blancas, verdes, azules... 15.000 personas brillando. Esta excitación se unió a fuegos artificiales en el cielo de Madrid. Con todo esto, los cuatro integrantes de Coldplay: Chris Martin, Jon Buckland (Guitarra), Guy Berryman (Bajo) y Will Champion (Batería) ya estaban en el escenario. Comenzaron con el tema que dio nombre al nuevo disco, Mylo Xyloto, mientras los fuegos y las luces se iban apagando poco a poco. Siguieron sin dar lugar al silencio con "Hurts Like Heaven", también del nuevo disco. "¿Hay alguien ahí?" Dijo Chris Martin al acabar la canción. El bullicio dio lugar al grueso del concierto. Si haces una lista de reproducción propia, casera, en tu ordenador, pondrás las mismas canciones que Coldplay metió en su repertorio, y seguiditas: Yellow, In my place, Major Minus (la única "no conocida" por ser del nuevo disco), Lost, The scientist, Violet Hill. Del tirón y sin reposo. Con el público ya en el bolsillo, comenzaron con un repertorio un poco más mezclado, con Politik o Viva la Vida (el climax del concierto) por medio. Todo esto con pelotas de playa volando, mariposas de papel, luces amarillas inundando la plaza. Fue maravilloso. Tras un par de canciones en el centro del escenario mano a mano Chris Martin y Will Champion (Up in flames, Til kingdom come) el concierto siguió su línea perfecta y acabó con Clocks, Fix You y Every Teardrop is a Waterfall. Tras una hora y media de concierto y de locura, Coldplay se acabó. Las luces se fueron. Pero algo quedó dentro de todos. Esas mariposas se fueron a los estómagos. Esas pelotas descargaron en los brazos la tensión. Las luces se quedaron en el alma. Y esa música en la cabeza, dio ganas de vivir. Dieron alegría y esperanza en tiempos difíciles. Larga vida a Coldplay, el mejor grupo del momento.









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