Leiva - La Riviera - 12/04/2012

Viva el rock, pensábamos al salir de allí. Viva el rock, viva la música.
Cuando de repente después de casi veinte minutos de más de espera, se apagan las lucesy aparecía en en el escenario una figurita con planta de peón de ajedrez, pero con alma de Pete Townshend. Era Leiva, presentando en Madrid su disco en solitario Diciembre.
Antes los chicos de Mucho, hicieron de teloneros avivando el ambiente un poco tranquilo de la sala. Con sus canciones post- Sunday Drivers, cantando en castellano y con la versión de The Black Keys, Gold on the Ceiling del último disco de los de Ohio, consiguieron meter ritmo a la noche que empezaba. Tras la primera media hora de rock donde estos toledanos tocaron de entre sus temas alguno como Vas a saturar se inició un periodo de espera insoportable. `


Sal Leiva, sal. Vamos Leiva, por Dios.
 Y salió. Sombrero en la cabeza, pañuelos y fulares en el micro, su tema Nunca Nadie abrió el concierto de rock que Madrid necesitaba. Saliéndose del ritmo pereza, con su particular banda (dos vientos, un teclado, dos percusiones, dos guitarras y un bajo) hicieron que antiguos sonidos entraran en el corazón. 
Suena Penaltis, suena Éxtasis, de su nuevo disco, y el público se vuelve completamente loco. Son temazos, que durante sus 3-4 minutos de duración, traen sonidos acústicos, rockeros, soul, pop... son canciones mejoradas en cuánto al sonido que el propio Leiva dice que intentó a la hora de grabarlas. De un sonido mucho más acústico, se da el salto al rock. La única excepción de todo el concierto tal vez fue Vis a Vis, que mantuvo el ritmo predeterminado por el disco. 
En cuanto al resto del concierto, sonaron los grandes temas de Pereza. Como lo tienes tú tronaba rockera en los primeros compases del concierto. Superhermanas en el ecuador. Fue tras una breve pausa, haciendo el amago de irse, cuando la banda tocó los grandes temas del último disco de Pereza, Aviones.  Amelie y Lady Madrid engancharon al público y les hicieron gritar como nunca en todo el concierto. No faltaron en todo el show el single Eme o Miedo que gana mil puntos cuando suena en directo y el público se deja la piel. Hubo un momento para el más grande, cuando Leiva, tras decir "Es nuestro Bob Dylan español" se soltó (y bordó) la canción-novela negra y obra maestra El caso de la rubia platino. Se hizo una versión también del tema de Sidecars, Ya no tengo problemas, aprovechando que Juancho, el hermano de Leiva y cantante de este grupo, forma la segunda guitarra en esta banda.
Además, lo grato de ir a un concierto de un grupo castellano, es la conexión con el público. Poder dedicar canciones y sembrar la duda entre el público: "¿Será para Rubén?" o poder narrar una historia en la cuál el propio Leiva dice que casi se mata, y poder gritar a la sala de la Riviera: Qué bien sienta estar vivo. 
Y tanto que sienta bien.
Viva el rock, viva Pereza, viva Leiva, Rubén, Juancho, Tuli, la Riviera, el Manzanares, la música y la guitarra, pensaba el público mientras la banda se despedía a ritmo de The Faces y Stay with me bailando por la pista que habían domado, y mirando al público que se habían comido. 



3 comentarios:

  1. Mira que eres canalla y ruin...
    mereces castigos, embargos,
    poner los dientes tan largos
    a quienes no podemos ir...

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    1. Fíjese,querido tío poeta,
      quisiera su presencia en un concierto
      para evitar dientes y oír la trompeta,
      que el amable Leiva nos brindó en directo.

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    2. Pues aceptaré de sumo agrado...
      pero ya le escribí en un soneto
      (que en otro blog he publicado)
      que en noches y en conciertos
      para poder llegar a licenciado
      le falta Krahe en la Galileo.

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