Nos vemos el 22 de mayo.




Origen de la revolución en Cataluña de 1640.

Como sabéis, el año 1640 para la península significó convulsión y revueltas. La revuelta del reino de Portugal trajo su independencia, y la revuelta en Cataluña significó su ruptura con el reino de Castilla, uniéndose a Francia, aunque en 1652 formarían de nuevo parte de España. Es aquí, donde probablemente, comience en un sentido más agudo el sentimiento catalán propio y el sentimiento de independentismo. Obviamente no es el s.XVII cuando todo esto se hace evidente, ya que Cataluña tiene históricamente una sensibilidad diferente que nunca se ha sabido entender desde los gobiernos centrales. Pero si puede ser el comienzo de empezar a proclamar un sentido diferente y único. He realizado un trabajo de todo lo que llevó a la revuelta de 1640 en Cataluña, aproximadamente desde 1615-16. Es muy extenso, unas 7 hojas, y probablemente solo interese para alguien que haga un trabajo relacionado con la materia. Como he encontrado poco en Internet, creo que colocando este archivo en la red ayudaré (tal vez) a futuros estudiantes. Recordad que es un trabajo hecho por mí, basado en la bibliografía de John Elliott. 

Leiva - La Riviera - 12/04/2012

Viva el rock, pensábamos al salir de allí. Viva el rock, viva la música.
Cuando de repente después de casi veinte minutos de más de espera, se apagan las lucesy aparecía en en el escenario una figurita con planta de peón de ajedrez, pero con alma de Pete Townshend. Era Leiva, presentando en Madrid su disco en solitario Diciembre.
Antes los chicos de Mucho, hicieron de teloneros avivando el ambiente un poco tranquilo de la sala. Con sus canciones post- Sunday Drivers, cantando en castellano y con la versión de The Black Keys, Gold on the Ceiling del último disco de los de Ohio, consiguieron meter ritmo a la noche que empezaba. Tras la primera media hora de rock donde estos toledanos tocaron de entre sus temas alguno como Vas a saturar se inició un periodo de espera insoportable. `


Sal Leiva, sal. Vamos Leiva, por Dios.
 Y salió. Sombrero en la cabeza, pañuelos y fulares en el micro, su tema Nunca Nadie abrió el concierto de rock que Madrid necesitaba. Saliéndose del ritmo pereza, con su particular banda (dos vientos, un teclado, dos percusiones, dos guitarras y un bajo) hicieron que antiguos sonidos entraran en el corazón. 
Suena Penaltis, suena Éxtasis, de su nuevo disco, y el público se vuelve completamente loco. Son temazos, que durante sus 3-4 minutos de duración, traen sonidos acústicos, rockeros, soul, pop... son canciones mejoradas en cuánto al sonido que el propio Leiva dice que intentó a la hora de grabarlas. De un sonido mucho más acústico, se da el salto al rock. La única excepción de todo el concierto tal vez fue Vis a Vis, que mantuvo el ritmo predeterminado por el disco. 
En cuanto al resto del concierto, sonaron los grandes temas de Pereza. Como lo tienes tú tronaba rockera en los primeros compases del concierto. Superhermanas en el ecuador. Fue tras una breve pausa, haciendo el amago de irse, cuando la banda tocó los grandes temas del último disco de Pereza, Aviones.  Amelie y Lady Madrid engancharon al público y les hicieron gritar como nunca en todo el concierto. No faltaron en todo el show el single Eme o Miedo que gana mil puntos cuando suena en directo y el público se deja la piel. Hubo un momento para el más grande, cuando Leiva, tras decir "Es nuestro Bob Dylan español" se soltó (y bordó) la canción-novela negra y obra maestra El caso de la rubia platino. Se hizo una versión también del tema de Sidecars, Ya no tengo problemas, aprovechando que Juancho, el hermano de Leiva y cantante de este grupo, forma la segunda guitarra en esta banda.
Además, lo grato de ir a un concierto de un grupo castellano, es la conexión con el público. Poder dedicar canciones y sembrar la duda entre el público: "¿Será para Rubén?" o poder narrar una historia en la cuál el propio Leiva dice que casi se mata, y poder gritar a la sala de la Riviera: Qué bien sienta estar vivo. 
Y tanto que sienta bien.
Viva el rock, viva Pereza, viva Leiva, Rubén, Juancho, Tuli, la Riviera, el Manzanares, la música y la guitarra, pensaba el público mientras la banda se despedía a ritmo de The Faces y Stay with me bailando por la pista que habían domado, y mirando al público que se habían comido. 



Lo que más - Rubén Pozo

Hace poco publicaba una canción de Pereza, y hace menos aún una versión de estos chicos tocando el clásico Qué hace una chica como tú en un sitio como este.
Como probablemente todos sepáis, Leiva y Rubén Pozo, los chicos de Pereza, se han separado un tiempo para hacer proyectos de manera independiente. Y la separación, aunque los fans ven en ella un fin para siempre, es temporal, porque ya tienen fecha para un concierto en el Palacio de Vistalegre, el 8 de junio. 
El caso es que Leiva, con su disco Diciembre, y Rubén, con su disco Lo que más, tienen proyectos diferentes. Muy diferentes. 
Del disco de Leiva hablaré otro día. Sabed además que el 12 de abril tengo cita con él en La Riviera. 

Portada del disco
En cuanto al bueno de Rubén y su disco, ha traído el sonido más rockero desde los primeros Pereza.  Tiene grandes canciones como Nombre de canción, Chavalita, Pegatina (el single) y San Valentín. Tengo que decir que Chavalita me ha vuelto loco. 
Con todos mis respetos y admiración, no tiene una gran voz, pero es la que más me transmite su rock, sus ganas y su sentimiento del panorama actual. Tiene letras claras, no hay metáforas que escondan el mensaje que tienen dentro. Son letras al estilo Beatles, al estilo Tequila. 
La música, con baterías sonoras y rectas, sin demasiada variación en las canciones, deja que las protagonistas  sean las guitarras. Acústicas, eléctricas, combinadas, solistas, rítmicas... Un disco que es real. 
Es un disco corto, a pesar de tener 12 canciones, se digiere rápido. Lo más característico de Rubén son los juegos de palabras que utiliza en sus canciones, consiguiendo clavar en los versos las palabras que quiere decir. Ni más ni menos. Ese estilo es parecido a Ismael Serrano, pero mucho más rítmico y con tintes de ironía en ocasiones. 
No sé si se me está notando, pero soy fan de Rubén Pozo. Su columna mensual en la revista Rolling Stone ha sido una de las razones por las que he comprado la revista durante algunos meses. Sus entrevistas en radios y periódicos online son dignas de tener en cuenta. Es un tipo natural, que tiene la música grapada en el alma, que tiene guitarras "bonitas y caras" y que sabe llevar la fama de una manera muy normal. Si Sabina te echa el ojo, es que eres grande, muy grande. 

Según contó en su entrevista en Abierto hasta las 2, el programa de radio de RNE, el disco y la gira los ha montado con gente de su barrio, que siendo grandes músicos, nunca habían podido tener éxito. He pensado en si alguien hiciese eso conmigo, o mi hermano. Lo grande que debe ser que te aúpen a un sueño que no había sido posible. ¿Cómo puede caer mal Rubén, haciendo cosas cómo esta? Y por cierto, que mejor manera que recuperar el rock en tus venas, que buscando las raíces de tus amigos y tu barrio. 
Si no me equivoco, tiene fecha para un concierto en Madrid, en la sala Joy Eslava. Como diría este chico, la putada, es que me cae en fecha de exámenes. Si no dad por hecho que estaría allí el primero. 
Su página web, que podéis ver si pincháis aquí, está llena de cosas chulas e interesantes.

Por último, quería dejaros una canción, Nombre de Canción. Tiene el que es para mí el verso más puro de todo el disco. El verso que querrías gritar a tus amigos siempre. 

Fuimos de la misma pandilla, y si tú ardes yo me quemo.



Qué hace una chica como tú en un sitio como este

No soy demasiado fan de las versiones. De hecho, siempre me pongo en contra de las versiones, porque normalmente solo tienen un sentido, que es el de sacar el dinero de canciones que son irrepetibles. Me está viniendo a la cabeza ahora la versión de La chica de ayer de Enrique Iglesias. Ese es el ejemplo. También podemos fijarnos en Operación Triunfo, donde cada semana había unas 10 canciones versionadas, muchas veces rompiendo el alma. Me ha venido el flash de la versión de Los Manolos de la mítica canción de The Beatles All my loving o la versión que hicieron de la versión de Sinatra (Tengo entendido que le puso la letra que todos conocemos) Strangers in the night

Estas versiones las hace la gente que no puede hacer esas canciones, y que se rinden a los temas. Luego está OT y Kike Santander que van por una vía tan diferente a la música de verdad, que no nos interesa.
Los 80 hicieron mucho daño a la estética... pero este grupo es de los 90.

Pero luego hay otro tipo de versión. La versión del fan. La versión del tipo que con talento, decide rendir un homenaje. Decide que las canciones que tocaba con su grupo cuando no eran nadie, se merecen un reconocimiento. Porque sin esas canciones, ellos no serían siquiera músicos. Con esas versiones, u homenajes, lo que hacen es poner una brecha entre grandes y maestros. Claman: Esto es lo que haría... si pudiera". Pero luego son tan grandes, que hacen canciones, no sé si mejores, pero desde luego se ganan el pan con ellas. 
Y si me dejáis, quiero enseñaros mis versiones favoritas, que son siete. 



1. Cum on feel the noise. La original es de Slade, un grupo de la corriente Glam Rock, que vestían lo más irreverente posible, y maltrataban las guitarras. La versión es de Oasis, ese grupo que da nombre al blog, y que en mi humilde opinión, han podido valerse por sí mismos independientemente de esta canción. Aqui Liam y Noel Gallagher revientan la canción con sus voces y las guitarras. No es mejor que la original, pero desde luego merece un hueco entre las mejores. Destaca también su versión de I am the Walrus, de los Beatles más psicodélicos.


2. ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?. Esta canción es de los inmortales Burning. Todos la conocemos, es una canción sagrada de la religión del rock español.  Tal vez (por ponerle un pero) está falta de más sonido, más guitarra, más bateria, más voz... pero es insuperable. En este vídeo los Pereza, Alejo Stivel (mítico cantante de Tequila) y Juancho (cantante de Sidecars, aquí a la batería) limpian la canción, y la hacen crecer hasta nuestros días. Para no olvidar donde están las raíces. 

3. Knocking on heavens door. La canción de un tal Bob Dylan, compuesta para la película Pat Garrett y Billy el niño, es probable que se incluya entre las mejores 20 canciones del siglo XX y de la historia. Pues esta versión es de Gun's and Roses, que según tengo entendido, también fueron un poco grandes. Perfecta versión, con identidad propia, que hace parecer que Dylan la escribió pensando en la voz de Axl Rose y para la guitarra de Slash. Podéis ver también la versión de The Rolling Stone del tema Like a Rolling Stone


4. Quiero beber hasta perder el control. La original es la compuesta por Los Secretos. Con ese ritmo lento y voz triste, que hace que la letra sean cuchillos afilados y dolorosos. Pues este temazo, Fito Cabrales con sus fitilpaldis hizo que se viera de otra manera. Con una apabullante presencia de guitarras, y la voz alta y clara de Fito, parece un tema al margen del original. Suena más a venganza. Es brillante, y es Fito. Tienen otra enorme versión de la cancion de Radio Futura, la Negra Flor.

5. 1999. Es la canción más reciente de las siete. Es la canción que da nombre al último disco de Love of Lesbian. Este elepé es para mi el mejor disco de la década pasada en España, respetando a otros enormes discazos, como Canciones para el tiempo y la distancia de Ivan Ferreiro o Lo más lejos a tu lado de los ya nombrados Fito y los Fitipaldis. Pues bien, la versión de esta canción es del propio Ivan Ferreiro, que al parecer es amigo de Santi Balmes y compañía, autores de esta canción. Solo necesita un piano y una guitarra para narrar la peor realidad del ser humano. 


6. Maggie. La original es de Rod Stewart, canción que dio la vuelta al mundo varias veces, donde a la guitarra estaba el ahora Rolling Ron Wood. La versión, completamente españolizada (y en mi opinión mejorada) es de M-Clan, que la bordan en directo. Conocida es también la versión que hicieron en los noventa Llamando a tierra, versión de la canción Serenade.


7. Eclipse de mar. Este temazo del maestro Joaquín Sabina, que abre el disco Mentiras Piadosas, es interpretado por los hermanos Estopa y María Jiménez. Cambian el ritmo hacia la rumba catalana que tanto les gusta a los Estopa, influenciados (tal vez) por Los Manolos.


Con esta manera tan fina de hilar el principio de la entrada con la última canción, quiero dejar claro que estas no son las mejores versiones. No sé cuáles son las mejores. Lo único que sí se es que estas canciones, y estas versiones me marcaron. Y lo que también sé, es que estos covers se hicieron por amor al arte, por amor a la música, y por admiración hacia los ídolos.

I love this game





Este es el único elemento que envido de los estadounidenses. La NBA. Si por mi fuera, me quedaría todos los días hasta las cinco de la mañana para ver jugar a Lakers, Boston, NYK, Miami, Phoenix, Chicago...
Para ver a Rose, a Durant, a Gasol, Kobe, LeBron (y criticarle), a Carmelo, a Jeremy Lin, a Kevin Love, a Ricky... De verdad que me encanta la NBA.
Y es que ahora mismo estoy viendo en Internet el partido de New York Knicks contra Orlando Magic, y me da envidia la gente que puede verlo en un horario normal. Sin trasnochar. Mientras cenas, comes, te echas la siesta... Ver a Baron Davis, a Howard, a Carmelo Anthony, Turkoglu, Chaendler... que jugones.

 Una pizarra donde marcar las jugadas, una televisión donde verlas. Escuchar a Daimiel, a Loncar, a Carnicero... vivir el basket por la noche. Ese sería mi gran placer. Andrés Montés no lo pillé a tiempo, pero hubiese sido un jugón todas las noches con él. Yo he sido un raza blanca tirador.


Ojala algún día podamos ver la NBA a horas normales. Basta de este ocultismo. Malditos yanquis, compartid vuestro secreto. Dadnos parte del oro. Dadnos un poco de NBA. Dadnos espectáculo, quedaos la NFL, el Soccer, el Hockey, el Baseball. Dadnos el basket, que no sabéis aprovecharlo.

I love this game.

Una de las fotos más simbólicas del baloncesto español

Yo soy de la generación Pau Gasol. Este chico dijo cuando era pequeño a un profesor: Un día jugaré contra Jordan. No fue el único que jugó contra él. Todos hemos vivido su sueño. Todos hemos vivido sus anillos, sus Lakers, sus Memphis, sus idas y venidas. Somos la generación Pau Gasol. Y no habrá otra como esta en toda la historia del baloncesto español. Qué menos que darnos al menos un partidillo en un horario trivial.


Seguirías salvándome cuando todo el resto del mundo se volviese indiferente y se diese por vencido.


Aunque no lo parezca, Bukowski era un perfecto romántico. El problema es que nunca lo decía. Antes habla de un caballo de carreras como un flotador en el planeta tierra que de su chica.