Lo bueno de ser universitario es que mientras que para el resto del mundo la semana atraviesa su momento más duro (miércoles-jueves), para mi ya está acabando. Privilegios que te das. Pero si miro a mi izquierda veo 4 libros que prácticamente tengo que leerme enteros para sacar algún dato de mierda para mis trabajos. El karma es lo que tiene. O dharma, o algo así.
Espero que el que hace cosas malas, tenga cosas malas en su futuro. Suena muy oscuro, pero es verdad, que se jodan. Esa visión vengativa me la ha dado la vida. Pero también he descubierto la otra cara de la moneda. No es justo que la gente lo pase mal siempre. Es decir, hay gente increíble y gente maravillosa, que tiene un pequeño pozo personal, del que por unas cosas o por otras, siempre tienen que volver a echar un vistazo. Y no me gusta nada eso.
Es cierto que yo sufro de empatilitis (no, no existe). Es decir, a la mínima creo empatía con la gente que lo pasa mal. Me pasa hasta en las películas cutres.
Hay gente que también sufre esto, y le da pena que Voldemort muera al final de la saga de Harry Potter. (Es mi momento friki, así que seguid leyendo sin rencor). Hay varios matices en este color, a mi Voldemort me la pela.
Pero volviendo a eso, sufro cuando veo a "mi gente" (no me gusta esa expresión) pasarlo mal. Sea quien sea, a la hora que sea. Obviamente hay grados de importancia. Me da igual que alguien lo pase mal por un examen. Es un examen; no te acordarás de él dentro de 2 años. Pero la vida si te la machacan otras cosas,como la rutina, o el desdén, o la gente, o la familia (en el sentido de vivir sus problemas), o tus malos días.
Contra la rutina no se puede hacer nada, ni con la familia, pero bueno, hay que intentar siempre salir adelante. Cuando lo dice otra persona, y se dice con este tonito americano, o con esa falsedad típica de las canciones pop baratas en plan "sonreír no cuesta nada, se feliz siempre" el estómago se me rebela. Pero visto desde la perspectiva correcta, hay que aplicarle su ración de verdad.
Si a una mala racha se la denomina "salir del pozo", es por algo. El pozo tiene una boca, y esa boca da a la luz, a la tranquilidad y a la normalidad. Porque quedarse pisando el barro y el fango donde antes hubo agua no vale para nada. Es decir, llega un momento donde encuentras refugio en esa oscuridad, y tus propias penas valen de escudo. Pero ese romanticismo tiene que acabar en algún momento. Mola mucho más intentar salir del pozo que quedarse sumido en él.
En un fragmento de la película "Pequeña Miss Sunshine", surge esta conversación:
"---- ¿Sabes quien es Marcel Proust?
— ¿Es ese del que enseñas?
— Sí, un escritor francés. Un auténtico fracasado. Nunca tuvo un trabajo, sus amores fueron un desastre, gay... Estuvo veinte años escribiendo un libro que ya casi nadie lee, pero quizá sea el mejor escritor desde Shakespeare… En fin, él llego al final de su vida, echó la vista atrás y decidió que todos esos años en los que sufrió fueron los mejores de su vida, porque le moldearon. Los años de felicidad… perdidos, no aprendió nada."
Obviamente es ironía, pero como todo, tiene su parte de razón. La parte graciosa de la vida, queramos o no reconocerlo, es luchar. Luchar y dar el cayo. Luchar y caer. Caer y levantarse. Levantarse y encontrar otro objetivo. Luchar y triunfar. Son las cosas que se recuerdan. El objetivo es alcanzar la felicidad, pero la felicidad es el final, desde donde haces balance.
Este 2011 llega a su fin, y yo puedo decir desde la felicidad, que han sido los días más bonitos de mi vida. Donde todo, absolutamente todo me ha venido de cara. He conocido a gente maravillosa, que me aportan cosas que antes eran algo desconocido. Gente con la que puedo compartir cosas que antes se quedaban en mi interior. Por otro lado, he conocido a otra personita que supone la guinda de mi pastel, pero que sin duda es también la base de él. La carrera que hago me llena. Tengo grandes amigos. Ahora mismo, no puedo pedir más, y de hecho, no lo pido. Sé que el dinero no hace la felicidad. Lo sé, y me encanta que eso sea así.
Y sé que hay personas que tienen el 2011 como año para olvidar en muchos aspectos. Así que esto va para ellos, porque merecen la pena, porque los buenos momentos les llegarán por otro lado, y porque yo quiero ver como esos buenos momentos llegan. Porque van a llegar.
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