1Q84 - Haruki Murakami


"Mi novela 1Q84 quiere describir todo lo que existe" dijo Murakami a la prensa española al presentar esta trilogía. Los protagonistas, Tengo y Aomame, viven en el Japón de 1984. Y sí, como resulta obvio, el título de la novela es un guiño a la famosísima distopía de Orwell, llamada 1984. La diferencia, es que este título tiene una Q, porque al parecer, en japonés 9 y Q tienen la misma sonoridad.
Lo cierto es que esta novela, al menos su publicidad, está impregnada de constantes y aburridos guiños a "escritura orwelliana" o "orwellianismo". Lo cierto es que lo que empieza con dos personajes de mundos distintos pero similares, donde todo poco a poco se va derrumbando, toma tintes dramáticos, girándose en ficción, y (a falta de leer la tercera parte) la pinta de esta trilogía es de frotarse los dedos. Según avanzan las páginas, el descontrol de una vida se plasma en sexo salvaje. El miedo a lo desconocido se muestra con sexo tranquilo y premeditado. Frecuentemente Haruki Murakami muestra mil caras de los personajes a través de sus actos, sin tener que desenmarañarlos con la narrativa en tercera persona. Un lujo de novela. Muertos, ficción, novela, cruda realidad, sectas, maltrato, miedo, amor, tristeza y música podrían ser las palabras que definen a esta obra. Como bien dice su autor, quiere describir todo lo que existe. 

En esta Japón de 1984, la ficción y la realidad, van cogidas de la mano a la vez que se quedan muy separadas entre ellas. ¿Acaso no es así en la vida real? ¿No hay cosas del día a día que superan a la ficción con creces? En esta novela nos encontramos con dos lunas en el cielo. Pero Aomame es una asesina a sueldo, Tengo es un negro de una novela de éxito, y ambos tienen el pasado y el futuro completamente relacionados, pese a no saber de sus existencias. ¿Es tan difícil creerse entonces que puede haber dos lunas en el cielo?

Con un detallismo milimétrico, donde al cerrar los ojos puedes encontrarte esas escenas que narra el japonés, esta trilogía ha marcado un antes y un después en el estilo de Murakami, y da un giro de tuerca a todas esas novelas futuristas donde el mundo poco a poco se ha ido consumiendo. Un mundo feliz, 1984, Fahrenheit 451... ya tienen competencia. La diferencia, es que estas narraban el futuro; Murakami narra un pasado muy atípico. 


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