20 de mayo. Madrid. Hace 8 meses, en la Plaza de las Ventas, la lluvia estuvo amenazando durante la hora y media en la que Coldplay dio un enorme espectáculo. Qué tendrán estos ingleses, que llevan la lluvia a donde van. La noche en el que el Vicente Calderón se llenó a reventar, había estado precedida por una tarde en la que los teloneros tuvieron que mojarse para intentar calentar al público, algo que era completamente imposible, pues la lluvia destrozaba el ambiente y el granizo caía entre la multitud. No llegaba la masa aún siquiera a 15.000 personas, pero había nervios. De repente, los dioses de la música decidieron intervenir. Un hechizo hizo volar los nubarrones negros y salió el sol, y con él la gente de nuevo. En apenas media hora, el estadio estaba lleno. Eran las 9:30 y la gente se inquietaba, aunque no sería hasta 30 minutos más tarde cuando Chris Martin y los suyos (es así, el espectáculo lo pone él) entraron en escena. 55.000 muñecas se iluminaron gracias a unas pulseras repartidas en las diferentes entradas. Fuegos artificiales, rayos de luz, gritos y la banda sonora de Regreso al Futuro, para dar paso al primer tema del concierto Just like Heaven. No faltaron ninguno de los temas que les han alzado a la fama. Antes o después sonaron sus himnos: Yellow con una breve introducción acústica, la fortísima guitarra de In my place, The Scientist, el primer plagio (con perdón) Viva la vida, Fix you, Clocks, el último plagio (con perdón) Every drop is a waterfall, además de una nueva joya creada, Paradise.
Pero el concierto tomó matiz de ladrillo. Debo ser de los pocos que estaban allí que en algún momento se aburrió. Me gusta que los artistas interactúen con el público, y encima tengan grandísimas canciones bajo el brazo. Pero hay un límite. Lo del domingo no fue un concierto, fue un show. La música pasó a un segundo plano. Importaba que la pulsera se encendiera, que Chris Martin bailara por el escenario, que los fuegos artificiales fueran enormes... Pero Coldplay no fue capaz de transmitir ni una décima parte de lo que transmitió en las Ventas hace ya 8 largos meses. Y tal vez la clave fue que mataron el espíritu del rock de estadio. U2, Oasis, The Rolling Stone, Muse, The Black Keys, Bruce Springsteen... esas bandas si tienen alma de estadios. Tienen en torno a 20 canciones (si no más) que hacen que te puedas volver loco en el césped de un campo de fútbol. Coldplay (empezando porque no pasaban por su mejor noche) tocó canciones como Up in flames, Speed of Sound, y ralentizaron muchísimo el concierto. Y eso no lo puedes hacer si tienes 55.000 persona delante. Porque no estás hablando de la Joy Eslava (900 personas), de la Riviera (2.500) del Palacio de Vistalegre (8.000), de las Ventas (14.000) ni del Palacio de los Deportes (casi 20.000). Estamos hablando del Vicente Calderón a las 22:00. Es un escenario inmenso, donde juegos de colores, de luces de sombras y pantallas inmensas no son suficientes. Coldplay no supo ver donde se encontraba. Tampoco era posible, pues el show estaba sí montado, y no se podía cambiar. Pero sin duda el punto de depresión del concierto fue cuando tras la sosa Up in flames se marcaron una Princess of China mientras en las pantallas aparecía Rihanna cantando su parte de la canción. Ese playback fue la gota que colmó el vaso. El público siguió chillando y "cantando" (muchos de ellos no conocían más que Viva la Vida) ya que el momento lo precisaba, pero tal vez después de esta gira Coldplay deba recapacitar. El hecho de hacer un último disco, Mylo Xyloto, más comercial y con esos ritmos pop-estadio, no quiere decir que tengan la calidad para ello. El rock transmite cosas que otros no puede, por eso hay canciones que pasan a la historia, y hay canciones que mueren olvidadas. Hacer un concierto con casi 60.000 almas delante, implica muchos factores, que este grupo de momento no tiene. Coldplay alberga en su repertorio 2 de las 20 mejor canciones de lo que llevamos de siglo. Parachutes es un discazo, Viva la vida or death and All his friends es un pedazo de disco con canciones tremendamente buenas. Pero el estadio es para el rock. El pop (siendo fabuloso) tiene limitaciones. Y si no, que se lo digan a Black Eyed Peas, que tocaron hace un tiempo en este mismo estadio, y la gente no sabía por qué había comprado la entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario