Edvard Munch

Siguiendo con mi propósito de año nuevo, sigo con una nueva obra.
El pintor noruego, Munch (si, el de "el grito") estaría dentro del abanico de la última época de Goya, de Warhol... o sea, del abanico de los locos. Lo digo desde la admiración, porque lo mires por donde lo mires, sus cuadros, pese a ser libros abiertos para los analistas, a mi me parecen libros en un idioma desconocido. Y aquí está el ejemplo:


El cuadro, que mide 91 x 70.5 cm, es pequeñito, y ha sido hecho por el autor varias veces, cinco, si no estoy equivocado.
A mi entender, destaca que Munch dibujara el propio marco del cuadro. Es algo que dota de personalidad a la obra. Pero lo más reseñable es de que está compuesto el marco. Si os fijaís, son espermatozoides, que rodean el decorado hasta llegar al vientre. En la esquina inferior izquierda, se observa una figura que en un principio, a mi me me pareció tenebrosa, y que representa a un feto.
Por tanto, su obra es una especie de canto a la natalidad de la mujer, pero desde una perspectiva muy paralela a lo que se frecuenta.
A mi entender, la figura de la mujer, que está acompañada sobre su torso de lineas que le dan aire psicodélico, y esos tonos oscuros (y sobre todo el feto) hacen que el cuadro sea más fácil de relacionar con una casa de brujas que con un salón de familia feliz americana.
Pero además, la mujer, está en posición y da una sensación de erotismo que choca con el mensaje superficial que tal vez quiere dar el autor. Me parece una figura muy erótica para querer representar a una madre. ¿Complejo de Edipo? Tal vez, o tal vez un rotundo no. El caso es que la obra es una verdadera incógnita para mí.
Lo que si queda claro, es que es una obra tremendamente exquisita y cuidada, que hace que Edvard Munch sea más grande de lo que ya es.

Archivo:Edvard Munch 1921.jpg
Aquí el tal Munch

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